Mars/Avril 1999

 

La percepción y la Prueba III

Michael Otte
Institut für Didaktik der Mathematik
Bielefeld, Germany

 

En los artículos anteriores (en partes I y II) hemos visto que la percepción matemática depende de representaciones. Esto implica que las matemáticas se ocupan de objetos intensionales&emdash;tal como nos lo hacen recordar las computadoras. Por ejemplo, en Cabri-géomètre dos triángulos que parecen ser exactamente iguales (o congruentes) pueden comportarse de forma diferente cuando son movidos a otro sitio en la pantalla&emdash;porque han sido construidos en forma diferente (son intensionalmente diferentes).
   Las matemáticas se interesan en afirmaciones acerca de objetos reales, y por lo tanto se interesa fundamentalmente en extensiones. En efecto, existe un estudio sistemático de las extensiones en la teoría de conjuntos. Tal como la teoría de conjuntos, las matemáticas dependen de demostraciones ostensivas y de la indicabilidad, y por lo tanto, como cualquier ciencia empírica, depende una vez más de la percepción. Con respecto a la teoría de conjuntos, el axioma de extensionalidad expresa esas necesidades. Nos lleva a considerar entes de orden más elevado&emdash;sean predicados, funciones, o conceptos&emdash;como objetos, es decir, como conjuntos.
   Pero los conceptos o las ideas son también -- y principalmente -- instrumentos mentales o esquemas de acción o funciones. En su artículo sobre la lógica de Russell, Gödel concurrentemente propuso introducir una version del axioma de extensionalidad para conceptos, arguyendo que "no existe ningun par de propiedades diferentes que pertenezcan exactamente a dos objetos iguales." Gödel ilustra esa propuesta diciendo: "'Dos,' por ejemplo, es la noción bajo la cuál se incluyen todos los pares de objetos y nada más. Ciertamente existe más que una noción que satisface esta condición en el sentido constructivista, pero solamente puede haber una 'forma' o 'naturaleza' común a todos los pares (de objetos)." (K. Gödel en P.A. Schilpp (ed.) The Philosophy of Bertrand Russell, La Salle 1944, 138).
   La noción del conjunto de todas las cosas o del conjunto de todas las verdades y nociones relacionadas con aquellas parecen extrañas, contradictorias en sí mismas o simplemente equivocadas. Por ejemplo, Piaget correctamente cree que "el conjunto de todas las posibilidades es tan antonómico como el conjunto de todos los conjuntos" y por lo tanto justifica la necesidad de un enfoque genético de la epistemología y el aprendizaje. Lo 'posible' es un proceso y lo mismo es cierto para nociones como 'concepto,' 'idea,' o 'significado.' Estos entes parecen ser caracterizados por la complementariedad entre proceso y función por una parte y existencia objetiva por la otra.
   Unos 30 años después de la publicación de su ensayo sobre Russell, Gödel mismo ya no creía "que en general la igualdad de sus rangos es suficiente para excluir la diferencia entre dos conceptos" (veéase Hao Wang, A Logical Journey, The MIT Press 1996, 275). Para ese entonces Gödel ya no creía que el rango de aplicabilidad de un concepto forma en general un conjunto. "Solamente conceptos que tienen el mismo significado (intensión) serían idénticos," dijo entonces. Las ideas o los conceptos parecen ser entes cuyo modo de ser consiste en que son universales y a la vez meras colecciones de instancias concretas de acciones o aplicaciones. Ellas forman, como se dijo, procesos, pero procesos que establecen sus propias restricciones internas.
   De modo que el problema del significado en matemáticas y en ciencias está inseparablemente ligado al status y al papel de las ideas teóricas, los conceptos, y las abstracciones hipostáticas. R. Thom, en su exposición durante el Congreso Internacional de Educación Matemática (ICME) en Exeter, 1972, ubicó el problema del significado en un lugar central. "El problema real al que se enfrenta la enseñanza de las matemáticas no es el del rigor, sino el problema del desarrollo del 'significado,' de la 'existencia' de los objetos matemáticos" (Thom, 1973, p. 202). Bruner, del mismo modo, pregunta, "Qué se le dice a un niño que pregunta si conceptos como fuerza o presión realmente existen?"
   Para elaborar una teoría del significado parece esencial considerar como se conciben esos conceptos generales o universales. Podríamos decir que el lenguaje es solamente un instrumento de comunicación en lugar de uno de representación y que por lo tanto el significado se basa en reglas convencionales. El aprendizaje memorístico humano es un ejemplo de una forma muy rudimentaria de actividad cognitiva. Pero normalmente la memorización se ve acompañada de un fenómeno de segundo orden al que se puede llamar "aprender a aprender de memoria." Para cualquier sujeto, se observa un mejoramiento en el aprendizaje memorístico a medida que aumenta el número de sesiones, aproximando asintóticamente un grado de destreza que varía de sujeto en sujeto. Esto implica que existen ciertas intuiciones o representaciones mentales de ideas que ayudan a conducir y controlar la actividad, y acompañan aún esos tipos de actividad algorítmica. En segundo lugar, los universales o conceptos generales, si se conciben desde el punto de vista de la actividad humana deben de ser entendidos en términos funcionales y en relación a ciertos problemas y aplicaciones.
   Un objeto matemático&emdash;sea un punto geométrico, un númetro, o una función&emdash;no existe independientemente de la totalidad de sus representaciones posibles, pero tampoco debe ser confundido con ninguna de sus representaciones individuales. Es un objeto general que, tal como se ha dicho, no puede como tal ser expresado completamente por sus representaciones. Una idea no debe ser concebida como un ente completamente aislado y distinto en el cielo Platónico, pero tampoco debe ser confundida con ningun subconjunto de sus posibles aplicaciones. En primer lugar por las razones que Gödel enunció, es decir que el rango de aplicaciones posibles no es un conjunto bien definido. Los significados son generales en el sentido de que se refieren a una colección indefinida e indeterminada de aplicaciones posibles. En segundo lugar, dos predicados o conceptos o funciones (o funciones de funciones) deben ser considerados diferentes aun si ellos aplican a la misma clase de objetos pues ellos influyen en la actividad mental de manera diferente y pueden conducir a desarrollos diferentes.
   Por lo tanto, las matemáticas modernas clásicas, como ya se ha dicho, esencialmente trabajan con objetos intensionales y esto lleva a la introducción de una jerarquía infinita de niveles ontológicos. Este punto de vista es anti-positivista y anti-nominalista en el sentido de que considera a los conceptos o a las ideas como reales, mientras que el anti-realismo arguye que los conceptos teóricos son o bien innecesarios o bien una mera façon de parler (véase R.Tuomela, Theoretical Concepts, Springer N.Y. 1973, 3).
   La naturaleza recursiva y reflexiva del método matemático demuestra el caracter complementario de las ideas. El topólogo Salomon Bochner considera a la iteración de abstracciones como la característica distintiva de las matemáticas desde la Revolución Científica del siglo 17.

"En las matemáticas griegas, sea cual sea su originalidad y reputación, la simbolización … no avanzó más allá de un primer estadio, es decir, más allá del proceso de idealización, el cuál es un proceso de abstracción a partir de la experiencia directa…. Sin embargo, … la simbolización en escala completa es mucho más que simple idealización. Incluye, en particular, una escalada ininterrrumpida de abstracciones, es decir, abstracción de abstracciones, abstracción de abstracción de abstracciones, y así sucesivamente; y muy importantemente, los objetos abstractos generales surgiendo así, si se ven como casos especiales de símbolos, deben estar disponibles para el ejercicio de ciertas manipulaciones y operaciones productivas, si es que van a ser matemáticamente significativas…. A primera vista, las matemáticas modernas, es decir, las matemáticas de después del siglo 16, comenzaron a hacer abstracciones de lo posible solamente en el siglo 19; pero en realidad hicieron esto desde sus comienzos." (Bochner 1966, 18, 57).

El surgimiento de las computadoras ha reforzado esta tendencia. Dijkstra, por ejemplo, escribe:

"En comparación con la profundidad de la jerarquía de conceptos que se manipulan en la programación, las matemáticas tradicionales parecen casi un juego plano, a lo sumo jugado en unos pocos niveles semánticos, que más aún, son completamente familiares. La gran profundidad de la jerarquía conceptual&emdash;en sí misma una consecuencia directa del poder sin precedentes del equipo&emdash;es una de las razones por las cuales considero al surgimiento de las computadoras como una discontinuidad pronunciada en nuestra historia intelectual." (E.W. Dijkstra, On a Cultural Gap, The Math. Intelligencer Vol. 8, No. 1, 1986).

La actitud realista, o mejor complementarista, tiene sentido desde un punto de vista dinámico. Por "realista" no quiero decir platónica en el sentido de Gödel, porque considero que las aplicaciones de una idea le pertenecen esencialmente, pero aprecio el anti-constructivismo y el anti-nominalismo de Gödel. Una idea, creo yo, es a la vez un ente por derecho propio y una función mental o herramienta intelectual. Esto es lo que quiero ejemplificar en lo que sigue.
   Según creo, la actividad cognitiva puede describirse como un sistema de objetos y medios y la dialéctica de medios y objetos puede enunciarse sumariamente como sigue:

  • Como en cualquier otra actividad cognitiva, los objetos y los medios de la cognición también están conectados en la actividad matemática. Las matemáticas no pueden desarrollarse exclusivamente dentro de una orientación hacia los métodos universales o formales. En última instancia, esto implicaría que la actividad matemática misma estaría sujeta a la mecanización y la formalización. Las matemáticas también forman conceptos específicos que nos ayudan a entender los hechos matemáticos.
  • Los objetos y los medios no están solamente conectados sino que también se enfrentan los unos a los otros. Los objetos o los problemas son resistentes a la cognición: No producen por sí mismos los medios para su solución. Las matemáticas modernas aun obtienen su dinámica propia en gran medida de la aplicación de teoremas y métodos que a primera vista no tienen nada que ver con los problemas bajo consideración.

En esto, entendemos por "objeto" cualquier problema y por "medio" cualquier cosa que parezca apropiada para establecer una mediación entre el sujeto y el objeto de la cognición, cualquier idea que pueda ayudar a resolver el problema y cualquier representación de aquella idea. Ahora bien, dos ideas diferentes pueden ser decisivas en la resolución de un problema particular y de ese modo pueden parecer equivalentes a tal efecto. Otro problema puede poner de relieve la diferencia entre esas ideas y puede a su vez ser entendido mediante esa diferencia. Las ideas fundamentales y los conceptos teóricos son auto-referentes, es decir ellos mismos, por lo menos en parte, organizan los procesos según los cuales ellos se manifiestan y articulan. Esas ideas son lo que el desarrollo de una teoría completa debe desentrañar y explicar. En matemáticas entender una idea o un concepto significa aplicarlo y desarrollar una teoría. Estas ideas son, sin embargo, a la vez el inicio y la base del desarrollo. Esto quiere decir que esas ideas deben ser intuitivamente impresionantes, deben motivar y guiar la actividad a la vez que orientar la representación.

 

Dos ejemplos:
    Una cuerda alrededor del globo terrestre...
    Un círculo pequeño que rueda, sin deslizarse...

 

 

¿Reacciones?, ¿Observaciones?

a la contribución de Michael Otte seran
publicadas en la carta de Mayo/Junio 1999.

© M. Otte 1999

Tradución Patricio Herbst

  

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