La intuición y la
prueba:
Reflexiones sobre los aportes de
Fischbein
Maria Alessandra Mariotti
Dipartimento di Matematica
Università di Pisa - Italia
Hace algunos años, en un artículo
intitulado "Intuition and Proof," E. Fischbein (1982)
presentó los resultados de un proyecto de
investigación sobre la demostración dentro del
marco teórico generado alrededor de sus reflexiones
sobre el razonamiento intuitivo. A tono con aquella
exposición, voy a desarrollar algunas ideas sobre el
mismo tema.
Un legado importante que Efraim Fischbein nos ha dejado
es ciertamente su enfoque original hacia los problemas
educativos centrado en la compleja noción de
intuición. La síntesis de este enfoque
está contenida en su libro "Intuition in Science and
Mathematics" (1987), donde se esboza una "teoría de
la intuición" que se ofrece a la comunidad de
investigadores como una herramienta útil para la
interpretación de fenómenos en
educación.
Así como no es posible concebir una teoría
matemática sin sus significados intuitivos, tampoco
es posible concebir a la matemática sin su
organización teórica: axiomas, definiciones, y
teoremas constituyen la matemática en igual medida
que sus ideas y modelos. Pero la teoría y la
intuición pueden ser extremos distantes y opuestos,
difíciles de reconciliar. Algunas veces, concepciones
contradictorias son acopladas para formar nuevas
concepciones como soluciones de compromiso. Un ejemplo
clásico es el de la noción de infinito
(Fischbein et al., 1979): la representación
dinámica del infinito se puede considerar como una
solución de compromiso entre la estructura finita de
los esquemas intelectuales y la definición formal del
infinito propiamente dicho (Fischbein et al., 1987, p. 205).
Pero estas soluciones de compromiso no siempre fructifican
y, en lugar de soluciones de compromiso, se debe buscar
soluciones que armonicen la intuición con el resto de
la teoría.
La necesidad de armonizar la
intuición y las nociones matemáticas
constituye una cuestión básica en
educación. Una contribución a esta
difícil tarea proviene de los estudios que se ocupan
de conflictos y discrepancias, y detectan los
orígenes de éstas y aquéllos.
Aproximaciones empírica y
formal
Los teoremas constituyen las piezas básicas del
saber matemático organizado en teorías
específicas; aprender teoremas se puede considerar un
producto particular del proceso de adquisición de
conocimientos. Más allá de la
adquisición directa de información,
relacionada sobre todo con la evidencia factual obtenida a
través de la experiencia, la cultura humana ha
desarrollado una forma compleja de obtener
información y conocimientos, la cuál no es
directa sino mediada por medios como el lenguaje, la
lógica, y el razonamiento. Como una consecuencia de
esta mediación, la unidad estructural entre la
cognición y las reacciones adaptativas se rompe:
"Conocer a través del razonamiento se convierte en un
tipo de actividad relativamente autónomo, no
subordinado directamente a las necesidades de
adaptación del comportamiento de los seres humanos"
(ibid., p. 15). En particular, una diferenciación
crucial ocurre entre verificación empírica y
deducción lógica: las relaciones entre ambas
resultan muy problemáticas.
La comparación entre la evaluación de la
verdad en términos de verificación de los
hechos y la validez lógica en términos de
inferencias deductivas lleva a uno a considerar los efectos
de una confirmación factual de la validez de un
enunciado. Por supuesto, actitudes diferentes se pueden
describir con respecto a una aproximación
empírica y a una aproximación teórica:
Mas allá del hecho de que una prueba formal confiere
validez general a un enunciado matemático, controles
posteriores parecen deseables con el fin de confirmar esa
validez (Fischbein, 1982).
De modo que la discrepancia entre la
verificación empíricaætípica del
comportamiento ordinarioæy el razonamiento
deductivoætípico del comportamiento
teórico, es una fuente de dificultades, un
obstáculo para la comprensión del significado
de la prueba.
En la práctica educativa, es
común confundir esos dos puntos de vista y, como
consecuencia, desorientar a los estudiantes quienes ven los
'ejemplos' jugando un rol fundamental a la hora de
establecer axiomas y 'descubrir' teoremas, pero los hallan
prohibidos cuando se les pide que prueben un enunciado: uno
o unos cuantos ejemplos no son aceptables como "prueba."
¿Y qué se puede decir sobre el rol de los
contraejemplos? Un sólo ejemplo puede invalidar un
teorema.
En realidad, la relación entre
verdad empírica y validez lógica,
relación crucial en matemática, es una
relación compleja y delicada que debe ser
desarrollada a través de la educación.
El significado de la prueba esta lejos de
cualquier sistema ordinario de creencias. Si bien es posible
encontrar casos históricos de matemáticos que
no estaban del todo convencidos de la validez de un teorema
a pesar de haber aceptado una prueba del
teoremaæCantor es uno de los más
famososæuna sensación general de validez es lo
que un matemático percibe cuando un teorema ha sido
probado; pero esa sensación es nueva y
"extraña" con respecto a la actitud mental
natural.
Intuición y
teoría
Si uno considera cuidadosamente las relaciones entre las
aproximaciones teórica e intuitiva, el problema de la
prueba se puede ver dentro de un marco más general:
es necesario reconocer la unidad entre enunciado, prueba, y
teoría (véase la noción de teorema
introducida en Mariotti et al., 1997). El análisis de
las relaciones entre teoremas (enunciados, prueba, y
teoría) e intuición puede emprenderse de
acuerdo con dos direcciones opuestas.
- Por una parte, un enunciado expresa las relaciones
implícitas entre los principios asumidos en la
teoría y la tesis del teorema, bajo las
condiciones establecidas en las hipótesis. Hacer
explícitas estas relaciones, que son
implícitas al nivel intuitivo (Fischbein, 1987, p.
50) constituye el primer paso hacia la
construcción de un argumento, el cuál
dentro del marco de una teoría, puede convertirse
en una prueba.
- Por otra parte, un teorema representa un objeto de
conocimiento, y como tal debe ser apropiado por quien
aprende. En otras palabras, para poder ser usado
productivamente al razonar, un teorema debe tener cierto
status de intuición, pero ello solo puede ocurrir
si la unidad æla fusiónæ entre el
enunciado y la prueba, de momento separados
artificialmente, es restaurada: el enunciado y la prueba
deben condensarse en conocimiento intuitivo (Fischbein,
1982). En otras palabras, la unidad entre enunciado y su
prueba requiere no ser quebrada: el proceso de analisis
que lleva a la prueba debe ser recompuesto en una sola
pieza para obtener la inmediatez que hace a aquella
unidad productiva.
Para resumir, en lo que concierne al aprendizaje de
teoremas, la intuición está manifiesta en
formas diferentes al nivel de un enunciado y de su
prueba:
- la verdad de un enunciado;
- la estructura de la prueba: la necesidad de las
relaciones lógicas entre cada uno de los pasos de
la prueba (o bien, la articulación lógica
de los pasos de la prueba);
- la validez (generalidad) de los enunciados como una
necesidad impuesta por la prueba.
La articulación entre el primer y el segundo nivel
es una cuestión crucial en la elaboración de
una prueba: la incertidumbre puede disparar la
exploración de motivaciones e iniciar un proceso de
argumentación.
El segundo nivel es el encuentro entre el
primer y el tercer nivel; en efecto, aprehender la
estructura lógica de la prueba corresponde a insertar
los enunciados dentro de un marco coherente de intuiciones
que pueda garantizar la evidencia y la necesidad de los
enunciados y lo aceptable del argumento general. De esa
manera, se alcanza el status de "creencia cognitiva"
(Fischbein, 1982, p. 11). Finalmente, se permite así
a un teorema, en la unidad de su enunciado y su prueba, ser
condensado en una nueva intuición para devenir un
instrumento de producción intelectual.
La forma lógica de la necesidad que
caracteriza la concatenación deductiva estricta de
una demostración matemática es posible de
mantener unida mediante una forma de necesidad
estructural interna, la cual es característica de
la aceptación intuitiva (Fischbein, 1982, p. 15).
Es interesante notar que la descripción de un
proceso similar se puede ver en Descartes:
Hoc enim fit interdum per tam
longum consequentiarum contextum, ut, cum ad illas
devenimus, non facile recodermur totius itineris, quod
nos eo usque perduxit; ideoque memoriae infirmitati
continuo quodam cogitationis motu succurrendum esse
dicimus. [...] Quamobrem illas continuo quodam
imaginationis motu singula intuentis simul et ad alia
transeuntis aliquoties percurram, donec a prima ad
ultimam tam celeriter transire didicerim, ut fere nullas
memoriae partes relinquendo; rem totam simul videar
intueri. (Descartes, Regula VII)
[TRAD.]
Implicaciones
didácticas
El significado de la prueba ciertamente puede estar en
contraste con el comportamiento ordinario hacia la
aceptabilidad de un enunciado basado en verificación
factual. La práctica educativa parece negar
consideración o al menos subvaluar las dificultades
asociadas a la discrepancia entre comportamientos
práctico y teórico. Ésto explica la
mayor parte de los fracasos de la enseñanza
tradicional.
En la enseñanza tradicional los estudiantes
aprenden teoremas que otros produjeron y solamente muy tarde
en su vida escolar, imitando los productos que ellos
aprendieron, puede suceder que encuentren el problema de
producir un teorema. Pero limitar la práctica
educativa a repetir pruebas que otros produjeron, y hacer
eso muy frecuentemente con enunciados que son obvios y no
parecen requerir ninguna justificación, parece
inútil si el propósito es construir las
relaciones complejas entre las actitudes intuitiva y
teórica.
De esa manera, los estudiantes pueden estar probando
teoremas sin tener la actitud mental correcta hacia el
status de aquellos; puede ocurrir que sigan el sentido
común y requieran ejemplos suplementarios para
corroborar su confianza en un teorema, aceptando de ese modo
la posibilidad de excepciones. Los resultados comunicados
por Fischbein (1982) se han verificado más de una
vez.
Además de las discrepancias posibles entre las
aproximaciones teórica e intuitiva, la
intuición puede constituirse en obstáculo:
cuando la inmediatez de un enunciado inhibe el proceso de
análisis de las conexiones implícitas y por
consiguiente la construcción de la estructura
analítica que constituye una prueba. En tal caso,
deviene imposible comprender el sentido de la prueba pues la
evidencia y la inmediatez (la sensación de certeza
que caracteriza a los enunciados intuitivos) inhibe
cualquier clase de argumentación; es decir, inhibe la
elaboración de la estructura analítica, "paso
a paso," que constituye una prueba; el proceso se bloquea y
lo mismo ocurre con el camino hacia la prueba.
Una idea surge inmediatamente: la introducción de
los alumnos a los teoremas se debería beneficiar de
aquellas situaciones en las cuales no aparecen soluciones
evidentes.
La cuestión básica concierne
al proceso de producción de teoremas, y en ese caso
la comparación con lo que es práctica
corriente en la comunidad de los matemáticos nos
sirve de ilustración. Un matemático vive
directamente la experiencia de producir teoremas y siempre
puede echar mano de aquella experiencia cuando se enfrenta
al problema de probar un teorema. Los estudiantes no poseen
las mismas experiencias.
Resultados recientes (Boero et al., 1996, Bartolini, en
prensa) confirman que los problemas abiertos se adaptan muy
bien para una aproximación temprana a la
demostración de teoremas. Las situaciones abiertas
pueden generar una sensación de incertidumbre que
reclame medios indirectos para arribar al conocimiento; son
particularmente valiosos aquellos problemas que requieren la
producción de una conjetura. Más aún,
el proceso de producción de conjeturas es
determinante para introducir a los alumnos a la
argumentación. Pero, proveer un argumento no es
suficiente (Balacheff, 1987; Duval, 1992-93); la unidad
entre enunciado, prueba, y teoría no debe romperse,
requiriendo la construcción de relaciones complejas
entre los principios enunciados y sus consecuencias
(Mariotti et al., 1997). La conservación de aquella
unidad permite mantener la conexión con el nivel
intuitivo, condición básica para la
producción autónoma de teoremas y para el uso
productivo de esos teoremas en el razonamiento
matemático.
Aquí una vez más surge una crítica a
las prácticas educativas tradicionales. Cuando las
experiencias se circunscriben a teoremas "enlatados"
(enunciados y demostrados por otros) la conexión
entre un teorema y su contrapartida intuitiva puede ser
subestimada y aun desestimada. Por supuesto, desde el punto
de vista de la lógica formal, cualquier teorema es
completamente independiente de su interpretación, de
modo que puede perder cualquier conexión con la
intuición; pero ésa no debe de ser la
perspectiva educativa.
Hablando en general, una cuestión principal es la
de superar conflictos, construyendo una relación
crrecta entre intuición y actitud teórica, es
decir, una complementaridad entre formas de conocimiento
diferentes, la intuitiva y la formal, tan distantes una de
la otra tal vez, con el propósito que se conviertan
en dos aspectos de un mismo comportamiento mental.
|
Fischbein nos enseñó a
inspeccionar cuidadosamente los conflictos, los
fenómenos incongruentes, con el
propósito de descubrir razones profundas que
pudieran indicar cómo superar
obstáculos. La educación
matemática pretende armonizar la
intuición y la teoría, pero teniendo
en mente los posibles obstáculos: no hay
nada más peligroso para el aprendizaje de la
matemática que soslayar las discrepancias
entre el pensamiento espontáneo, o el
sentido común, y el pensamiento
matemático.
Puede ser que el caso de la
prueba sea ejemplar, sin embargo no es el
único; de hecho, las definiciones presentan
problemas similares (Mariotti & Fischbein,
1997). En realidad, demostrar es una actividad
característica del quehacer
matemático, pero tambien una actividad que
marca diferencias sustanciales entre la
matemática y el pensamiento ordinario y las
prácticas de la vida cotidiana.
|
¿Reacciones?,
¿Observaciones?
La contribución de Maria Alessandra Mariotti
sera
publicada en la carta de Enero/Febrero 1999.
©
M. A. Mariotti 1998
Traduciòn
Patricio Herbst
Citas
Bibliográficas
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Fischbein, E. (1983) Intution and analitical thinking in
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Garuti, R.; Boero, P.; Lemut, E. & Mariotti, M.A. (1996)
Challenging the traditional school approach to theorems: a
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Mariotti M.A. & E. Fischbein, (1997) Defining in
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Mariotti M.A., Bartolini Bussi, M., Boero P., Ferri F.,
& Garuti R. (1997) Approaching geometry theorems in
contexts: from history and epistemology to cognition, Proc.
of PME-XXI, Lathi, pp. I- 180-95.
Nota
bene
"Porque a aquella [aceptación
de verdades que no se deducen inmediatamente de los
evidentes primeros principios] se puede a veces llegar a
traves de tan larga cadena de inferencias que cuando hemos
llegado a las conclusiones no recordamos tan
fácilmente el procedimiento entero que nos condujo a
aquéllas; y entonces decimos que deberíamos
auxiliar a nuestra débil memoria mediante un proceso
contínuo de pensamiento
. Por ello, he aprendido
a considerar cada uno de estos pasos mediante un proceso
contínuo de la imaginación, pensando en un
paso y a la vez relacionándolo con los otros pasos. Y
de esa manera avanzo del primero al último tan
prestamente que sin dejar casi ninguna parte del proceso
librada a la memoria, me parece que puedo aprehender toda la
secuencia de una vez." (Descartes, 1964, p. 169,
traducción del inglés P.H.)
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